La cocaína es un estimulante
extremadamente adictivo que afecta directamente al cerebro. Esta ha sido llamada la droga de los
años ochenta y noventa por su gran popularidad y uso extendido en esas décadas.
Sin embargo en la actualidad la popularidad de la misma no ha bajado. Al
contrario, en estos tiempos es mas fácil conseguirla que en aquellos.
La cocaína usualmente se vende en la calle en forma de un polvo blanco, fino y
cristalino. Un peligro adicional es que los traficantes generalmente mezclan la
cocaína con otras sustancias inertes, tales como la maicena, el talco o el
azúcar; o peor aun, con solventes tóxicos.
¿Cuales son los efectos a corto plazo del uso de la cocaína?
Los efectos de la cocaína se presentan casi inmediatamente después de una sola dosis y desaparecen en cuestión de minutos o dentro de una hora. Los que consumen cocaína en cantidades pequeñas generalmente se sienten eufóricos, energéticos, conversadores y mentalmente alertas, particularmente con relación a las sensaciones visuales, auditivas y del tacto. La cocaína también puede disminuir temporalmente el apetito y la necesidad de dormir. Algunos consumidores sienten que la droga les ayuda a realizar más rápido algunas tareas simples, tanto físicas como intelectuales, mientras que a otros les produce el efecto contrario.
Los efectos fisiológicos a corto plazo
que resultan del consumo de cocaína incluyen contracción de los vasos
sanguíneos, dilatación de las pupilas y aumentos en la temperatura corporal, la
frecuencia cardíaca y la presión arterial. Si se usan cantidades mayores se
puede intensificar el “high” del
usuario, pero también puede llevar a un comportamiento más extravagante,
errático y violento.
¿Cuáles son los efectos a largo plazo del uso de la cocaína?
Ya que la cocaína es una droga extremadamente adictiva, es muy difícil que una persona que la pruebe pueda predecir o controlar hasta dónde continuará deseándola o consumiéndola. Asimismo, si la persona se vuelve adicta, el riesgo de recaídas es alto aún después de periodos largos de abstinencia. De acuerdo con algunos estudios recientes, durante periodos de abstinencia del uso de cocaína, el recuerdo de la euforia asociado con su uso, o solamente una referencia a la droga, puede disparar un deseo incontrolable de consumirla y terminar en una recaída.
Al ser expuesto repetidamente a la
cocaína, el cerebro comienza a adaptarse
a la misma y la vía de gratificación se vuelve menos sensible a los refuerzos
naturales y a la droga en sí. El consumidor puede desarrollar tolerancia,
lo que significa que necesitará una dosis
cada vez mayor de la droga o que deberá consumirla con más frecuencia para
obtener el mismo placer que cuando recién comenzó a usarla. Al mismo tiempo,
los consumidores también se pueden volver más sensibles (sensibilización) a la
ansiedad, las convulsiones u otros efectos tóxicos de la cocaína.
Las imágenes del cerebro muestran una
disminución en los receptores de dopamina (D2) en el cerebro de una persona
adicta a la cocaína en comparación con una persona que no consume drogas. El
sistema de dopamina es importante para el condicionamiento y la motivación, y
es probable que las alteraciones como ésta sean responsables, en parte, de la
disminución en la sensibilidad a las gratificaciones naturales que ocurre con
la adicción.
Complicaciones médicas asociadas al consumo de cocaína
Entre las complicaciones más frecuentes se encuentran algunos efectos cardiovasculares como alteraciones en el ritmo cardiaco y ataques al corazón; algunos efectos neurológicos incluyendo ataques cerebrovasculares, convulsiones, dolores de cabeza y hasta coma; y complicaciones gastrointestinales, como dolor abdominal y náusea. En raras ocasiones, puede ocurrir la muerte súbita la primera vez que se prueba la cocaína o de forma inesperada al consumirla subsiguientemente. Las muertes ocasionadas por la cocaína suelen ser el resultado de un paro cardiaco o de convulsiones seguidas por un paro respiratorio. Además puede provocar una pérdida del sentido del olfato, hemorragias nasales, problemas al tragar, ronquera y una irritación general del tabique nasal, lo que puede producir una condición crónica de irritación y salida de secreción por la nariz. Cuando se ingiere, la cocaína puede causar gangrena grave en los intestinos porque reduce el flujo sanguíneo. El uso crónico causa pérdida del apetito haciendo que muchos consumidores tengan una pérdida significativa de peso y sufran de malnutrición.
Si usted siente que está teniendo
problemas con esta droga, o conoce a alguien adicto, es hora de actuar. La
utilización prolongada de cocaína tiene efectos irreversibles en el cuerpo del
adicto, por lo que mientras mas rápido se trate el problema, menores serán los
mismos.
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