Un estudio moderadamente reciente,
vincula la agresión física entre miembros de parejas con el consumo de alcohol1.
En este estudio se aclara que si bien
no existe un patrón consistente que ligue la violencia doméstica con la
frecuencia en la ingestión de alcohol, estos dos factores se relacionan
fundamentalmente con el consumo episódico de grandes cantidades. Como hemos visto en entradas anteriores, el
consumo de alcohol en grandes cantidades distorsiona la realidad, “desconectando”
nuestra conciencia del mundo que nos rodea, pudiendo transformarse una persona
tranquila en un ser violento. La investigación fue realizada como parte del
proyecto GENACIS (Género, Alcohol y Cultura: Un Estudio Internacional),
relativo a actuales conocimientos en materia de agresión en parejas íntimas.
Es común que al hablar con personas
que han sido víctimas de violencia, las mismas vinculen bebida y abuso. Se ha
estimado que por lo menos en el 80% de los casos reportados, la persona
violenta había estado bebiendo previamente a la agresión. Un actual estudio
confirma lo que hace mucho se viene sospechando: El riesgo de que una persona
se torne violenta aumenta exponencialmente cuando dicha persona ha consumido
alcohol.
Es
importante tener en cuenta, que una conducta violenta, no solo incluye a la
violencia física, sino también a la violencia sexual (obligar a mantener
relaciones sexuales) y psicológica (amenazas, humillaciones, etc.). Esta última
forma de violencia si bien es más sutil no por ello es menos dañina.
Un nuevo estudio en Brasil, demostró
que la reducción de horarios establecidos de ventas alcohólicas dio como
resultado un 30% de llamadas a la policía con referencia a actos violentos,
indicando claramente la relación entre estos dos factores2.
Además de todo lo mencionado anteriormente,
es importante recordar que la adicción al alcohol es una de las más difíciles de
superar, ya que las personas adictas se enfrentan al mismo día tras día. Es por
ello que recomendamos fuertemente, que si conoce a alguien que tiene problemas
de alcoholismo, no espere que sea demasiado tarde, por el bien del mismo, y de
los que lo rodean.
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1.
Unhappy Hours: Alcohol and Partner
Aggression in the Americas. PAHO
Scientific Publication, No 631. K. Graham, S. Bernards
2.
The Effect of Restricting Opening Hours on
Alcohol-Related Violence. Am J Public Health. 2007 December; 97(12): 2276–2280.
Sergio
Duailibi, William
Ponicki, Joel Grube,
Ilana Pinsky,
Ronaldo
Laranjeira and Martin Raw.
