lunes, 25 de julio de 2016

La cocaína genera un “suicidio masivo” de células cerebrales

Las células de todos los animales (incluidos los seres humanos) pueden morir por diferentes tipos de stress, tales como extremas temperaturas, alta acumulación de toxinas y traumas físicos. Pero además pueden cometer “suicidio” de tres maneras diferentes, las cuales están altamente controladas y programadas por diferentes proteínas y sustancias químicas del entorno celular. Una de estas vías es la llamada “autofagia”, el cual es un proceso vital en un ser vivo complejo. El mismo se encarga de “limpiar” las células dañadas, o que han acumulado una cantidad crítica de toxinas. Este proceso es activado por las mismas células afectadas, brevemente lo que ocurre es que los ácidos que poseen las células se liberan y literalmente la misma se suicida. Como dijimos anteriormente, este es un proceso altamente regulado a varios niveles.

Un estudio reciente ha sugerido fuertemente que una alta dosis de cocaína induce la Autofagia en células cerebrales, generando un “suicidio masivo”. Este estudio fue realizado en células nerviosas de cerebro de ratón (las cuales son similares a las humanas). El estudio fue simple, lo que se realizó fue brindarles un pulso de la sustancia a los ratones y luego cuantificar la cantidad de proteína responsable de disparar la autofagia. Lo que se observó es que claramente la sustancia generó muerte neuronal por medio de la autofagia. La autofagia es un proceso vital para el correcto funcionamiento de cualquier animal, sin embargo este estudio ha demostrado que la utilización de cocaína genera efectos irreversibles en las células cerebrales, las cuales no pueden reemplazarse

Es importante destacar que también se encontraron acumulaciones anormales de proteínas asociadas a la autofagia en ratones adultos y jóvenes, los cuales eran hijos de madres que habían recibido cocaína durante el embarazo, mostrando entonces que el consumo no solo daña al consumidor, sino que también a su descendencia.



Fuente

domingo, 10 de julio de 2016

Marihuana y el déficit de atención.



Si bien es sabido que el uso de marihuana genera efectos negativos en la atención, memoria y capacidad de retener información, investigaciones recientes han demostrado que estos efectos pueden mantenerse por días e incluso semanas desde la última vez que se utilizó. Consecuentemente, una persona que fuma marihuana frecuentemente, podría estar permanentemente viviendo en un estado intelectual disminuido con respecto a su estado normal [1].

Diferentes estudios también han sugerido que estudiantes que fuman marihuana regularmente poseen notas inferiores en sus estudios al compararlo con el resultado observado en estudiantes que no fuman [2]. Incluso ciertos estudios han vinculado el uso de marihuana diariamente durante la adolescencia con dificultades de desenvolverse en el futuro laboral e incluso generar un estado de infelicidad permanente [3-5]. Este último estudio se realizó comparando la vida adulta de dos grupos de personas. El primer grupo estaba constituido por personas que fumaban diariamente y el otro grupo por personas que habían fumado alguna vez en su vida, pero no más de 50. 

También se han realizado estudios en el cual se ha vinculado el uso de marihuana con las posibles consecuencias en el lugar de trabajo, tales como déficit de atención y en el caso de trabajar con maquinaria, un aumento en el riesgo de tener accidentes. Por ejemplo, un estudio realizado con trabajadores postales demostró que los empleados que dieron positivo para marihuana en un test habían tenido 55% más accidentes que aquellos que habían dado negativo [6].



Con este breve informe, como centro de rehabilitación nos interesa señalar que si bien la marihuana no es tan dañina ni destructiva como otras sustancias (cocaína, heroína, LSD, etc.), su utilización también genera consecuencias negativas para nuestro cuerpo/mente y entorno. Si bien no son de la misma magnitud que otras sustancias, estas consecuencias no deben dejar de ser tomadas en cuenta. Para profundizar en lo que hemos mencionado, puede leer las fuentes citadas en este artículo.


 
[1]. Macleod J, Oakes R, Copello A, et al. Psychological and social sequelae of cannabis and other illicit drug use by young people: a systematic review of longitudinal, general population studies. Lancet Lond Engl. 2004;363(9421):1579-1588.
[2].  Schweinsburg AD, Brown SA, Tapert SF. The influence of marijuana use on neurocognitive functioning in adolescents. Curr Drug Abuse Rev. 2008;1(1):99-111
[3]. Silins E, Horwood LJ, Patton GC, et al. Young adult sequelae of adolescent cannabis use: an integrative analysis. Lancet Psychiatry. 2014;1(4):286-293. doi:10.1016/S2215-0366(14)70307-4.
[4]. Fergusson DM, Boden JM. Cannabis use and later life outcomes. Addict Abingdon Engl. 2008;103(6):969-976; discussion 977-978.
[5]. Brook JS, Lee JY, Finch SJ, Seltzer N, Brook DW. Adult work commitment, financial stability, and social environment as related to trajectories of marijuana use beginning in adolescence. Subst Abuse. 2013;34(3):298-305.
[6]. Zwerling C, Ryan J, Orav EJ. The efficacy of preemployment drug screening for marijuana and cocaine in predicting employment outcome. JAMA. 1990;264(20):2639-2643.