Las células de todos los animales (incluidos los seres humanos)
pueden morir por diferentes tipos de stress, tales como extremas
temperaturas, alta acumulación de toxinas y traumas físicos. Pero además
pueden cometer “suicidio” de tres maneras diferentes, las cuales están
altamente controladas y programadas por diferentes proteínas y
sustancias químicas del entorno celular. Una de estas vías es la llamada
“autofagia”, el cual es un proceso
vital en un ser vivo complejo. El mismo se encarga de “limpiar” las
células dañadas, o que han acumulado una cantidad crítica de toxinas.
Este proceso es activado por las mismas células afectadas, brevemente lo
que ocurre es que los ácidos que poseen las células se liberan y
literalmente la misma se suicida. Como dijimos anteriormente, este es un
proceso altamente regulado a varios niveles.
Un estudio reciente ha sugerido fuertemente que una alta dosis de
cocaína induce la Autofagia en células cerebrales, generando un
“suicidio masivo”. Este estudio fue realizado en células nerviosas de
cerebro de ratón (las cuales son similares a las humanas). El estudio
fue simple, lo que se realizó fue brindarles un pulso de la sustancia a
los ratones y luego cuantificar la cantidad de proteína responsable de
disparar la autofagia. Lo que se observó es que claramente la sustancia
generó muerte neuronal por medio de la autofagia. La autofagia es un
proceso vital para el correcto funcionamiento de cualquier animal, sin
embargo este estudio ha demostrado que la utilización de cocaína genera
efectos irreversibles en las células cerebrales, las cuales no pueden
reemplazarse.
Es importante destacar que también se encontraron
acumulaciones anormales de proteínas asociadas a la autofagia en ratones
adultos y jóvenes, los cuales eran hijos de madres que habían recibido
cocaína durante el embarazo, mostrando entonces que el consumo no solo
daña al consumidor, sino que también a su descendencia.
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