domingo, 24 de agosto de 2014

El estrés laboral y la dependencia a sustancias

En estos días es muy común escuchar la frase “estoy estresado”, o peor aun “el trabajo me estresa”. Es por ello que es necesario saber a que nos referimos al hablar del “estrés laboral” y los daños que él mismo puede generarnos, desde una depresión hasta una adicción a sustancias.

El stress laboral es básicamente un agotamiento del sistema nervioso que con el tiempo genera síntomas similares a la depresión, entre ellos podemos destacar:

     •    Cansancio físico
     •    Fatiga
     •    Falta de energía
     •    Dificultad para concentrarse
     •    Alteraciones del sueño (insomnio e hipersomnia)
     •    Tristeza
     •    Irritabilidad

En nuestra naturaleza animal-humana, el estrés debería ser una reacción específica ante un potencial peligro, es decir, nuestro cuerpo nos “prepara” para una situación límite determinada, tal como un enfrentamiento o una huida. Es por ello que al darse en un ámbito laboral es algo tan complejo y angustiante, ya que ninguna de estas opciones es viable. No es posible modificar eficazmente la situación de manera rápida, ni tampoco es posible simplemente no ir más a trabajar. El hecho de no poder escapar de estas situaciones genera una cronificación del estrés, lo que termina generando una profunda depresión (estrés laboral).


Ha sido demostrado que las personas con estrés laboral tienen mayor tendencia a generar una adicción a sustancias, ya que posiblemente vean la utilización de las mismas como una “escapatoria” a la rutina generada. Una vez generada la adicción, el estrés solo comienza a empeorar, ya que la adicción pasa a ser parte de la rutina que inicialmente generaba la angustia y el estrés, generándose entonces un círculo vicioso muy dañino para la persona como para las personas que lo rodean.


¿Cómo se puede minimizar el estrés laboral?

Como primera medida, hay que saber que lo que alivia el estrés no es igual para todos. No obstante, hacer pequeños cambios en el estilo de vida es el mejor comienzo. Cambios como consumir una dieta equilibrada, dormir bien y hacer ejercicio físico. Es posible encontrar también la relajación utilizando métodos del tipo yoga o taichí, tocando un instrumento o simplemente haciendo algo que nos genere placer en pequeñas dosis, sea lo que sea. Nunca hay que olvidarse de intentar ser feliz en la vida.

Piense acerca de que es lo que le está causando estrés, puede ser puntualmente una relación con una persona, una actividad determinada, etcétera. Ya identificar el problema puntual, es un avance para intentar superarlo y así, prevenir un mal mayor, tal como la adicción a alguna sustancia.

martes, 12 de agosto de 2014

La relación entre los trastornos de alimentación y la adicción a sustancias



Los trastornos de alimentación, son trastornos complejos de diferentes naturalezas y con graves consecuencias, lo que ha despertado el interés de muchos investigadores. No solo por las graves alteraciones físicas que provoca, sino también por la potencial relación que guarda con varios síntomas psiquiátricos, incluyendo el uso de drogas, tanto legales (ansiolíticos) como ilegales (cocaína). Ver más adelante en este mismo trabajo.

Si bien estos trastornos pueden aparecer tanto en hombres como mujeres de cualquier edad, se ha encontrado que las mujeres en la adolescencia son las personas que poseen mayor riesgo de generar estos trastornos de alimentación junto con adicciones.

Estando las adolescentes tan socialmente “marcadas” por lo que se dice que es un “cuerpo ideal”, las posibilidades de que las mismas adopten ciertas conductas alimentarias anómalas para intentar controlar su peso gracias a su insatisfacción con su imagen corporal y expectativas de lograr el “peso ideal” (generalmente situado por debajo del real), pueden actuar de incentivo para utilizar sustancias adictivas, tales como antidepresivos, cocaína (ambos disminuyen el deseo de comer), e incluso anfetaminas o eutimizantes anorexigenos (ej. Topiramato). Ya se han reportado numerosos estudios a nivel internacional en el cual afirman que la probabilidad de que mujeres adolescentes consuman dichas sustancias es más alta cuando existen indicadores de trastornos alimentarios.




En un importante estudio realizado en 2283 mujeres y 1982 hombres jóvenes, se encontró que la dependencia de sustancias tales como estimulantes se asociaba significativamente, en las mujeres, con indicadores de trastornos alimentarios, no obstante en este estudio se determinó que la dependencia a estas drogas también ocurría en el contexto de otros padecimientos psiquiátricos adicionales. [1]

Otros investigadores han encontrado que el uso de sustancias adictivas aumenta potencialmente cuando la persona posee una conducta alimentaria de riesgo [2]. Estos datos son coincidentes con otros trabajos [3] en los cuales se demuestra que los pacientes que poseen trastornos alimentarios frecuentemente tienden a utilizar sustancias legales e ilegales para disminuir el apetito, o incluso utilizan dichas sustancias (ansiolíticos, cocaína) como un medio para enfrentarse a la preocupación generada por este aparente problema de peso.

Siendo que está científicamente comprobada la relación entre trastornos de alimentación con la adicción a sustancias, es muy importante tomar conciencia de que el problema es más grande de lo que se puede estimar, ya que no solo se puede ver comprometida la integridad física, sino también la integridad psiquiátrica permanentemente.


Fuentes:

[1]. Schuckit Ma, Tipp Je, Anthenelli Rm, Bucholz Kk, Hesselbrock Vm, Nurnberger Ji: Anorexia nervosa and bulimia nervosa in alcohol-dependent men and women and their relatives. Am J Psychiatry. 153:74-82, 1996

[2]. Krahn Dd, Demitrack M, Drewnoski A: The relationship between dieting severity and bulimic behaviors to alcohol and other drug use in young women. J Subst Abuse. 4:341-353, 1992.

[3]. Holderness Cc, Brooks-Gunn J, Warren Mp: Comorbility of eating disorders and substance abuse. Review of the literature.  Intl J Eat Disord :16:1-34, 1994

domingo, 10 de agosto de 2014

Carpe Diem informa

Como es de público conocimiento la paciente María Eugenia Ritó se encuentra realizando tratamiento en nuestra institución de salud mental. Entendemos como organización que ofrece ayuda y atención a pacientes que presentan como síntoma el abuso de sustancias psicoactivas que esta es una oportunidad para compartir algunas consideraciones.

Carpe Diem ofrece a las personas que asiste, un marco profesional canalizado a través de un equipo interdisciplinario con amplia trayectoria previa y sólida experiencia en la especialidad. Los diferentes programas de tratamiento apuntan definitivamente a la inclusión de los pacientes en una red que les permita salir de una situación crítica inicial, a un sistema de vida que tenga como eje tener una saludable calidad de vida, no solo superar el síntoma. Es decir apuntamos al abordaje de las causas que subyacen a la adicción.

En este contexto sabemos que tratamos una patología cada vez más compleja inserta en un contexto social y mediático que banaliza los consumos, y hasta los alienta, cooperando así la construcción de un mundo cada vez mas anestesiado frente a las situaciones de riesgo asociadas a dichos consumos.
Carpe Diem es consciente de las resistencias que existen en los pacientes al cambio profundo de vida y también de los derechos que los asisten en las elecciones personales que realizan según marca la actual ley de Salud mental y nuestra ética de trabajo. Es decir tratamos por todos los medios que, aun las personas más resistidas, puedan tener la oportunidad del cambio, incluyéndolos, flexibilizando los abordajes, siendo inclusivos con la persona.

En este sentido María Eugenia Rito eligió continuar con un trabajo que implica un alto grado de exposición pública y conlleva algunos riesgos emocionales, siendo advertida de dichos riesgos por el equipo tratante, pero en claro y definitivo marco profesional y en el contexto de la aplicación de los derechos de la paciente encuadrados en la Ley vigente y ética profesional. El encuadre del tratamiento actual implica un programa de internación parcial con actividades externas y acompañamiento terapéutico, terapia individual, talleres de aprendizaje, abordaje farmacológico y contención psiquiátrica.

Esperamos continuar avanzado en propuestas que puedan acompañar a la mayor cantidad de personas posible en un marco de intenso trabajo profesional entre nuestro psiquiatra, su propio terapeuta externo, los talleristas, operadores socio terapéuticos y todo el equipo tratante, buscando siempre las mejores prácticas e intervenciones terapéuticas.