Los trastornos de alimentación, son trastornos
complejos de diferentes naturalezas y con graves consecuencias, lo que ha
despertado el interés de muchos investigadores. No solo por las graves
alteraciones físicas que provoca, sino también por la potencial relación que
guarda con varios síntomas psiquiátricos, incluyendo el uso de drogas, tanto
legales (ansiolíticos) como ilegales (cocaína). Ver más adelante en este mismo trabajo.
Si bien estos trastornos pueden aparecer tanto en
hombres como mujeres de cualquier edad, se ha encontrado que las mujeres en la
adolescencia son las personas que poseen mayor riesgo de generar estos
trastornos de alimentación junto con adicciones.
Estando las adolescentes tan socialmente “marcadas”
por lo que se dice que es un “cuerpo ideal”, las posibilidades de que las
mismas adopten ciertas conductas alimentarias anómalas para intentar controlar
su peso gracias a su insatisfacción con su imagen corporal y expectativas de
lograr el “peso ideal” (generalmente situado por debajo del real), pueden
actuar de incentivo para utilizar sustancias adictivas, tales como
antidepresivos, cocaína (ambos disminuyen el deseo de comer), e incluso anfetaminas o eutimizantes anorexigenos (ej. Topiramato). Ya se han
reportado numerosos estudios a nivel internacional en el cual afirman que la
probabilidad de que mujeres adolescentes consuman dichas sustancias es más alta
cuando existen indicadores de trastornos alimentarios.
En un importante estudio realizado en 2283 mujeres y
1982 hombres jóvenes, se encontró que la dependencia de sustancias tales como
estimulantes se asociaba significativamente, en las mujeres, con indicadores de
trastornos alimentarios, no obstante en este estudio se determinó que la
dependencia a estas drogas también ocurría en el contexto de otros
padecimientos psiquiátricos adicionales. [1]
Otros investigadores han encontrado que el uso de
sustancias adictivas aumenta potencialmente cuando la persona posee una
conducta alimentaria de riesgo [2]. Estos datos son coincidentes con otros
trabajos [3] en los cuales se demuestra que los pacientes que poseen trastornos
alimentarios frecuentemente tienden a utilizar sustancias legales e ilegales
para disminuir el apetito, o incluso utilizan dichas sustancias (ansiolíticos,
cocaína) como un medio para enfrentarse a la preocupación generada por este
aparente problema de peso.
Siendo que está científicamente comprobada la relación
entre trastornos de alimentación con la adicción a sustancias, es muy
importante tomar conciencia de que el problema es más grande de lo que se puede
estimar, ya que no solo se puede ver comprometida la integridad física, sino
también la integridad psiquiátrica permanentemente.
Fuentes:
[1]. Schuckit Ma, Tipp Je,
Anthenelli Rm, Bucholz Kk, Hesselbrock Vm, Nurnberger Ji: Anorexia nervosa and bulimia nervosa in alcohol-dependent men and women
and their relatives. Am J Psychiatry.
153:74-82, 1996
[2]. Krahn Dd, Demitrack M,
Drewnoski A: The relationship between
dieting severity and bulimic behaviors to alcohol and other drug use in young
women. J Subst Abuse. 4:341-353,
1992.
[3]. Holderness Cc,
Brooks-Gunn J, Warren Mp: Comorbility of
eating disorders and substance abuse. Review of the literature. Intl J
Eat Disord :16:1-34, 1994
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