Es sabido que el maltrato (tanto verbal como físico) durante la
infancia afecta irreversiblemente el desarrollo del cerebro. En un
estudio reciénte se demostró que estos cambios podrían aumentar la
posibilidad de que la persona genere un abuso de sustancias en su
adultez.
En este estudio, se compararon diferentes partes del cerebro de jóvenes adultos que habían sufrido maltrato en
su niñez, con jovenes adultos que no habían recibido dicho trato. Lo
que se observó es que había diferencias importantes en la zona cortical
del cerebro. Estas diferencias podrían comprometer y afectas las
conductas básicas sociales, percepción, balance entre introversión y
extroversión, y la habilidad de regular sus propias emociones y
comportamiento.
Al comparar
los cerebros de ambos tipos de individuos, las mayores diferencias
observadas fueron vistas particularmente en dos regiones del cerebro,
las cuales median la percepción y regulación de las emociones y los
impulsos. Estas regiones son las denominadas “zona anterior derecha de
la ínsula” (la cual se ocupa de integrar y coordinar los sentimientos e
impulsos, tales como los antojos) y el “cíngulo anterior izquierdo”
(responsable de la regulación de las emociones e impulsos).
La
combinación de estas dos diferencias es lo que genera que estas personas
puedan generar más fácilmente una adicción a sustancias, dado que tanto
la zona que controla los “antojos” y la conciencia como la zona que
regula la habilidad de controlar los impulsos se encuentran afectadas.
Este estudio entonces sugiere como el maltrato infantil es un
estresante severo, que altera el desarrollo cerebral. Las regiones
involucradas en monitorear la conciencia y las emociones no poseen un
funcionamiento normal, como así tampoco la región que controla los
impulsos. Estos cambios pueden brindar un escenario perfecto para el
abuso de sustancias u otro tipo de desordenes mentales durante la
adultez.
En la figura se pueden observar las diferencias entre el
cerebro de una persona que ha sido maltradada de niño con el que uno
que no ha sufrido dicho trauma. Los puntos verdes representan el cíngulo
anterior izquierdo (arriba) y la zona anterior derecha de la ínsula.
Los puntos violetas representan las conexiones con diferentes puntos del
cerebro. Se observa como hay una disminución en el caso del cíngulo y
un aumento en la zona de la ínsula. (Para mas detalles puede leer el
artículo original).
Fuente:
Teicher, M.H.; Anderson, C.M.; Ohashi, K. et al. “Childhood
maltreatment: altered network centrality of cingulate, precuneus,
temporal pole and insula”. Biological Psychiatry. 76(4):297-305, 2014