En
los últimos años, el abuso de metanfetaminas ha aumentado considerablemente,
sobre todo en países industrializados. Como hemos visto anteriormente, los
efectos principales del consumo de estas sustancias son una combinación de
euforia, energía, disminución de fatiga y reducción de apetito.
Gracias
a sus potentes propiedades adictivas, el consumo de esta sustancia aumenta
considerablemente con el tiempo y siempre es necesario consumir mayor cantidad
y más frecuentemente para obtener el mismo efecto. Asimismo, la falta de
consumo en una persona adicta puede generar una catarata de síntomas negativos,
tales como ataques de pánico, psicosis y alucinaciones.
El
mecanismo por el cual estas acciones se llevan a cabo es conocido. Básicamente,
la metanfetamina actúa en el sistema nervioso central, interrumpiendo la
captación de diferentes neurotransmisores, tales como la dopamina. En una
persona que ha consumido durante mucho tiempo (meses/años), estas alteraciones
neuroquímicas generan daño permanente en el cerebro, especialmente en
estructuras que poseen receptores de dopamina, lo que explica los problemas
cognitivos y emocionales que las personas adictas a la metanfetamina poseen.
Además de ser neurotóxicas, la metanfetamina genera daños en todo el cuerpo de
la persona, siendo evidente por ejemplo, la putrefacción/caída de piezas
dentales o arrugas en la piel.
Estudios
post-mortem de personas que fueron adictas a la metanfetamina, han demostrado
que los sujetos habían generado en su organismo, además de los cambios en la
parte “visible” del organismo, varias patologías de personas de edades mayores,
tales como arterioesclerosis, fibrosis pulmonar e hígado graso, entre otros.
Un
estudio reciente ha demostrado que la metanfetamina acelera la biosíntesis de
ceramida, aumentando la velocidad en las cuales células normales pasan al
estado de senescencia. Esta molécula juega un rol destacado en la división
celular. Su rol es importante cuando se debe pasar una célula del estado
replicativo (normal) al estado de senescencia (sin dividirse).
En este estudio se les brindo a una serie de ratones una cantidad determinada de metanfetamina por un tiempo determinado. Lo que se observó fue que luego del consumo las células disminuían su replicación, se alteraba su forma normal y aparecían moléculas típicas de la senescencia. También se encontraron ciertas alteraciones genéticas, principalmente en tejido de musculo esquelético y en tejidos periféricos. Es interesante remarcar que estas alteraciones son las encontradas en personas de avanzada edad en condiciones normales.
De
esta manera queda demostrado que el aumento de biosíntesis de ceramida en el
cuerpo de una persona adicta podría ser uno de los responsables en la aparente
vejez acelerada por el consumo de estas sustancias. Además, numerosos estudios
anteriores han relacionado diversas patologías de la edad, tales como
arterioesclerosis como fibrosis pulmonar, con un aumento de biosíntesis de
ceramidas en el cuerpo.
Estos
datos sugieren entonces que uno de los responsables de la aparición de los
prematuros síntomas de la vejez en las personas adictas a la metanfetamina
podría ser debido al aumento de biosíntesis de ceramidas, lo que altera el
comportamiento celular normal, llevando las células a la senescencia de manera
acelerada.