El
abuso de medicamentos de prescripción es el uso de un medicamento sin la receta
médica correspondiente, de una manera distinta a la prescrita, o para lograr la
experiencia o los sentimientos que provoca. De acuerdo con varias encuestas
nacionales, los medicamentos de prescripción, como los utilizados para tratar
el dolor, los trastornos de déficit de atención y la ansiedad, se están
abusando entre los consumidores de drogas ilícitas a una tasa sólo superada por la marihuana. Las
consecuencias de este abuso han ido en constante deterioro, lo que se refleja
en el aumento de las admisiones a tratamiento, las visitas a salas de
emergencia y las muertes por sobredosis.
A
menudo se cree que los medicamentos, sean de prescripción o de venta libre, son
menos peligrosos que las drogas ilícitas, pero esto sólo es cierto cuando se
toman exactamente como fueron recetados y para el propósito recetado o
recomendado. Cuando se abusa de ellos, los medicamentos con o sin prescripción
médica pueden ser adictivos y poner a quienes los toman en riesgo de otros
efectos adversos para la salud, incluyendo la sobredosis, especialmente cuando
se combinan con otras drogas o alcohol.
Los
medicamentos con o sin prescripción médica se pueden abusar de cualquiera de
las siguientes maneras:
Tomando un medicamento que fue recetado
para otra persona. Al desconocer el peligro que implica el compartir
medicamentos, las personas a menudo contribuyen a esta forma de abuso
compartiendo con algún familiar los analgésicos que no han usado.
Tomando el medicamento en una dosis más
alta o de una manera diferente a la recetada. La mayoría de los medicamentos con prescripción médica se
distribuyen en tabletas para tomar por vía oral, pero las personas que abusan
de los medicamentos algunas veces los trituran e inhalan el polvo o lo
disuelven y se lo inyectan. Esto acelera la entrada del medicamento a la
corriente sanguínea y al cerebro, aumentando su efecto.
Tomando un medicamento para un fin
diferente para el que fue recetado. Previo a recetar un medicamento, el médico realizó una
evaluación del paciente y en base a la problemática encontrada recetó un
medicamento para paliar el problema encontrado. Tomar un medicamento con una
finalidad distinta puede no solo no hacer efecto si no incluso generar efectos
negativos al cuerpo del paciente.
Aunque muchos medicamentos pueden ser objeto de abuso, las
tres siguientes clases de medicamentos son las que se abusan con más
frecuencia:
- Los opioides, que generalmente se prescriben para tratar el dolor;
- Los depresores del sistema nervioso central (SNC), que se utilizan para tratar la ansiedad y los trastornos del sueño; y
- Los estimulantes, que son recetados con más frecuencia para el tratamiento del trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH, también conocido como ADHD, por sus siglas en inglés).
Todos
estos medicamentos tienen el potencial
de causar adicción y este riesgo aumenta cuando se abusa de ellos. Además,
como es el caso con otras drogas, el abuso de los medicamentos con o sin
prescripción médica puede alterar el
juicio y la capacidad para tomar decisiones, lo que puede llevar a
comportamientos peligrosos como tener prácticas sexuales de riesgo, conducir o
tener tendencias suicidas.
Como
hemos visto, el abuso de estos medicamentos es mas común de lo que se cree.
Incluso la persona adicta puede no darse cuenta de su adicción. Es por ello que
debemos estar alerta. Si observamos a un conocido que toma medicamentos de una
manera anormal, es conveniente tomar cartas en el asunto.
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