Cada vez es
más común encontrar que hechos de violencia doméstica, de género o de cualquier
tipo involucren a una persona adicta a la cocaína, hecho por demás preocupante
ya que como sabemos, la adicción a la misma no para de crecer.
Entonces la
cuestión que se plantea es, ¿la cocaína aumenta la agresividad en las personas?
Para entenderlo, primero debemos comprender brevemente como actúa la misma.
La
cocaína actúa directamente sobre en el centro de placer del cerebro, impidiendo
la recaptación de los neurotransmisores dopamina y serotonina, de manera que
dichos neurotransmisores no puedan ser eliminados, sino que se acumulan en el
cerebro, produciendo una sensación de gran
bienestar, euforia, aumento de la energía e incremento de la actividad
motora. La persona que la ha consumido puede volverse más sociable, habla más,
se ríe más, su autoestima aumenta y tiene una sensación de mayor competencia y
capacidad.
Sin embargo, el uso de cocaína hace
que se altere la regulación de la dopamina, lo que contribuye a la aparición de
estados depresivos. Así, cuando la
droga no está presente en el organismo, se produce un estado depresivo y el
adicto recurre a la cocaína para eliminar dicho malestar. El uso crónico de
cocaína puede dar lugar a irritabilidad,
problemas en el funcionamiento cognitivo y principalmente cambios de humor y episodios de agresividad u hostilidad
hacia otras personas.
Para estudiar si efectivamente la cocaína podría
influir en el estado de agresividad de una persona, el ministerio de Salud
bonaerense realizó un estudio sobre más de 9.000 personas que se atendieron por
adicciones en centros provinciales, demostrando efectivamente que dicha sustancia aumenta la agresividad en
las personas.
La Subsecretaría de Adicciones llevó a cabo el trabajo
en el período 2001-2012; se trató de un estudio cuantitativo y cualitativo del
fenómeno de las adicciones y su relación con hechos delictivos. Para eso, el
equipo investigador empleó varias herramientas, como las entrevistas en profundidad
con casi 9.300 personas que debieron internarse por consumo problemático de
drogas. Lo que se encontró (entre otros resultados) fue que el 22,6% de los
entrevistados fue internado por consumo de cocaína, entre los cuales una buena
parte hizo hincapié en que el consumo de
la misma ha influido en el nivel de agresividad al encontrarse bajo los
efectos de la misma.
Si bien este estudio fue realizado en el medio local,
numerosos estudios internacionales han llegado a la misma conclusión, demostrando
que el uso de cocaína además de la adicción y todos los problemas que la misma
le trae al sujeto, también aumenta su agresividad, poniendo en peligro a todo
aquel que lo rodea.
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