miércoles, 7 de diciembre de 2016

La meditación para la rehabilitación de abuso de sustancias

Como hemos visto en diferentes artículos, la adicción a sustancias es un problema que no diferencia condición ni clase social. Una vez que una persona ha caído en el abuso de sustancias, su cerebro se ha “reprogramado”, haciendo muy complejo el proceso de recuperación. Los tratamientos para superar esta problemática, típicamente contienen diferentes tipos de terapias, tales como en grupo e individual, grupos de apoyo y soporte familiar, entre otros. Sin embargo, estos tratamientos pueden complementarse con ciertas terapias alternativas, tales como la meditación, la cual puede proveer una fuente de soporte vital durante el tratamiento.
 
Brevemente, la meditación es una práctica milenaria la cual se utiliza principalmente para conectar nuestra mente con nuestro cuerpo basándonos en un pensamiento en particular. Para meditar solo se necesita una idea firme y un lugar tranquilo donde poder desconectarse del mundo exterior y poder focalizar nuestro cuerpo y mente.
 
Durante un proceso de rehabilitación, la meditación puede ser muy efectiva ya que puede “reprogramar” ciertas partes del cerebro. Al meditar se focaliza la mente y todos nuestros sentidos en una idea en particular, pudiendo vencer cualquier limitante. Por ejemplo, en un estudio reciente se demostró que las personas que meditaban por aproximadamente 30 minutos durante 8 semanas demostraron un aumento de actividad cerebral en las partes del cerebro asociadas con el aprendizaje, memoria, conciencia e introspección. Al mismo tiempo se observó una disminución en las áreas del cerebro vinculadas a la ansiedad y estres.
 
Gracias a los cambios producidos por la meditación en los procesos de ansiedad y estrés, las personas pueden comenzar a evaluar situaciones cotidianas de manera razonable y enfrentar diferentes situaciones sin la necesidad de tener la sustancia en cuestión en el organismo. Por ejemplo, personas con problemas de adicción al encontrarse frente a una situación límite (es decir, cerca de una recaída), comienzan a calmar sus nervios y ansiedades de una manera similar a si estuviesen meditando, focalizándose en un solo pensamiento.
 
La meditación por sí misma, posee además dos grandes ventajas:
 
1.    Es fácil de aprender. Solo se necesita voluntad y una persona dispuesta a enseñar las bases y técnicas.
 
2.    Puede realizarse en cualquier lugar. Siendo este uno de los aspectos más invaluables que posee la meditación en un proceso de adicción. Las técnicas de meditación pueden realizarse en cualquier momento y lugar donde la persona sienta que necesita recurrir a ellas.
 
Si está transitando una recuperación, o conoce a alguien que lo está, la meditación puede ser un excelente complemento del programa de tratamiento. La misma es una herramienta simple pero muy poderosa.

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